Conversación con la Muerte
 
 La Muerte vino a echar un vistazo   A su obra.   Sentada junto al ataúd de mi padre, los dedos   enlazados en su regazo como cualquier doctor,  sonríe.     "Te lo llevaste demasiado pronto"   Le dije.     "No fue fácil"-me dijo. "Cada vez   que hallaba un modo de tenerlo,   se escabullía.   Aquella primera vez, estaba segura    que bastarian las células que elegí.   Regué bien cada semilla bendecida.   Las visité a diario. Mis flores se abrieron,   pero vi que podía arrancarlas de raíz   con un solo pensamiento. Cada dia  me lo robaban. Incluso cuando  tuve su corazón  traté de impedir que latiera,  lo agarré fuerte con mis dos manos:  fue como si escalara dentro  de su propio sótano   eliminando, uno a uno, a mis dedos ."   "Pudiste dejarlo más tiempo" protesté.   La Muerte frunció el ceño: "Es fácil llevarse  a un alma pobre, atropellada por un coche  en la carretera o con agujeros de bala  y una pierna hecha trizas.  No hay ningún mérito...