UN GESTO ANTIGUO de Edna St. Vincent Millay
Mientras me secaba los ojos con el borde De mi delantal, pensé: Penelope también hizo esto, más de una vez: una no puede seguir tejiendo todo el día Y deshaciéndolo a lo largo de la noche, tus brazos se cansan y el dorso de tu nuca se tensa; y casi en la mañana, cuando tú piensas que nunca amanecerá, y tu esposo se ha marchado, durante años, y no sabes dónde, de pronto estallas en lágrimas, simplemente nada mas puedes hacer. Y mientras secaba mis ojos con el borde de mi delantal, pensé: este es un viejo gesto, auténtico, muy antiguo, en lo más puro de la tradición: clásico, griego. Ulises también lo hizo. Pero solo como un gesto -un gesto insinuando a la reunida muchedumbre que él estaba demasiado conmovido para hablar. Esto lo aprendió de Penelope... Penelope, la que realmente lloró. Edna St. Vincent Millay